El Renacimiento se caracterizó por tener una joyería inspirada en las antiguas culturas. Consecuente con la estética clásica de su arquitectura la joyería mostró una evolución particular que marcó una época importante en el desarrollo de nuevas técnicas orfebres.
El Camafeo tuvo gran impacto en la joyería renacentista. Por primera vez las imágenes representadas se alejaban de los temas religiosos que abundaron a lo largo del medioevo, privilegiando la mitología antigua. Hércules, Cupido, Leda y el cisne, Apolo y Dafne, Medusa y los rostros de reyes, emperadores, nobles y guerreros famosos fueron los amados temas de la orfebrería en relieve a los largo de los siglos XV y XVI.
Los Camafeos con tallados provenientes de la antigua Grecia o la antigua Roma fueron igualmente codiciados como los nuevos exponentes de tallado inspirados en los antiguos pero con técnicas nuevas y con diseños estilizados. Este objeto pasó a ser sumamente codiciado entre los miembros de las grandes cortes europeas, siendo un elemento indispensable en las cámaras de tesoros y generando una especie de “fiebre de coleccionista”. Así es como Lorenzo de Medici e Isabella d’Este amasaron reconocidas colecciones mientras que el Cardenal Francesco Gonzaga contaba en su haber – según su inventario de 1483 – con 500 Camafeos con tallado y Piedras Preciosas.
Uno de sus mayores exponentes fue el grandioso Benvenuto Cellini (1500 – 1571), quién implementó innovadoras formas de trabajar el oro. Cellini usaba capas sutiles de oro 22,5 quilates para la realización de Camafeos, labrando el oro en el centro y para ello ensanchaba las capas en el sitio donde iban a ser labradas, utilizando cinceles por la parte posterior y creando la figura en relieve.
Los Camafeos, que al inicio se tallaron sobre metal, rápidamente expandieron su tallado a piedras preciosas de diverso tipo. Bellísimas gemas se usaron para reproducir innumerables rostros y escenas, siempre enmarcadas en metales preciosos con esmaltados de diversas técnicas y con los infaltables ornamentos a su alrededor, que contaban en la mayoría de los casos con perlas colgantes, rubíes y diamantes.
Italia se convirtió en el centro del tallado del Camafeo y lo fue hasta inicios del siglo XVII. De allí se exportaban piezas hacia Madrid, Londres, Viena y Praga. En 1515 el Rey de Francia Francisco I persuadió al tallador de gemas Matteo del Nassaro de trasladarse a Francia para enseñar el sofisticado arte de tallado de Camafeos en Piedras Preciosas en Paris. Y mas adelante, en el mismo siglo, el Emperador Rudolph II atrajo a Praga al notable Ottavio Miseroni quien lideró el taller real de tallado en dicha ciudad desde 1588 hasta su muerte. No se conocen fuera de Italia otros sitios de formación en tallado de Camafeos fuera de los anunciados. Pero la presencia de dichas joyas es remarcable en toda Europa.
Es de prestar atención que cada Camafeo renacentista nos cuenta una pequeña historia. Nunca se dejaba al azar la elección tanto del motivo como del metal y las gemas a usar. Estamos en una época donde el simbolismo era parte importante a la hora de diseñar una joya.
Es así como se reconocen hoy Camafeos de matrimonio con los perfiles de los conyugues uno sobrepuesto al otro, siempre el perfil femenino de trasfondo. El uso del rubí era representativo de la gloria, el diamante se lo usaba para resaltar la pureza de sentimientos y las piedras azules hablaban de la generosidad. Las perlas tenían diferentes referentes: desde ser el símbolo de la feminidad por excelencia hasta representar riqueza y poder.
Teniendo lo dicho anteriormente en cuenta nos encontramos ante un misterioso y hasta hoy indescifrable mensaje en un Camafeo que ha dado que hablar a lo largo de varios siglos. Se trata del Camafeo llamado “Joya de Drake”. Es un Camafeo que regaló la Reina Elizabeth I de Inglaterra a Sir Francis Drake en reconocimiento de los servicios prestados al imperio.
Francis Drake, antes de ser “Sir” era un navegante aventurero dedicado a la piratería en desmedro de las naves españolas que regresaban de las Américas cargadas de tesoros. Así es como se hizo de toneladas de oro y plata usurpados a la corona española que a su vez eran resultado del saqueo que en aquellos años la corona española ejecutaba sistemáticamente en sus colonias del nuevo continente. Solo que Drake puso sus oficios al servicio de la reina y fue con ayuda del experto navegante que Elizabeth I consiguió destruir la armada invencible de Felipe II y de esta manera frenar la planeada invasión española a la isla.
Con ocasión del regreso de su vuelta al mundo en barco, siendo el primer navegante inglés en conseguirlo, Elizabeth I regaló a Drake un Camafeo que muestra el perfil de un hombre de color que se encuentra sobrepuesto al perfil de la reina tallado en Sardónica y enmarcado en oro. Contiene a su vez ornamentos de Diamantes, Rubíes y Perlas. Al interno se encuentra un retrato en miniatura de Elizabeth I realizado por Nicholas Hilliard.
Nada habría de raro en esto. La reina Elizabeth I acostumbraba a regalar Camafeos con su retrato en miniatura, en metal precioso y ricamente ornamentados a sus súbditos mas fieles, meritorios por servicios prestados o a todo aquel a quién ella y su gabinete consideraban dignos de un gesto de ese tipo, que significaba adhesión política a su gobierno por parte de quien lo recibía y al mismo tiempo ser reconocido como uno de los “elegidos” en el entorno de la corona.
Los Camafeos, en esa época, no se hacían por diversión o por gusto personal, cada diseño, como ya he dicho, tenía un mensaje determinado. Los orfebres dedicados al Camafeo venían reclutados y formados en la difícil tarea del diseño y el simbolismo durante años. Ninguno de los Camafeos históricos ha dejado dudas de su simbología y su mensaje.
Si se observa el Camafeo con atención se advierte que el perfil en blanco de la mujer es indiscutiblemente el perfil de Elizabeth I que conocemos debido a los retratos realizados por Nicholas Hilliard y sus contemporáneos. ¿Cual es el significado de dicho tallado? Muchas han sido las especulaciones. Se ha hablado de que Elizabeth I nunca se casó, pero que tuvo muchos amantes… ¿habría sido el hombre de color un amante secreto de la reina? pero ¿que tendría esto que ver con Sir Francis Drake?
Por otro lado se conoce de Drake que sus expediciones victoriosas en el nuevo mundo fueron debidas no solo a su agudeza de navegante sino a la ayuda de los esclavos africanos sublevados y dados a la fuga, los así llamados cimarrones. Estos odiaban a los españoles y consintieron en apoyar masivamente al capitán inglés con tal de ver la derrota de los responsables de sus destinos miserables. Uno de ellos, el cimarrón Diego quedó al servicio de Drake como hombre libre y lo acompañó en la nave que dio la vuelta al mundo. ¿Será este el referente? Pero la referencia de acompañar su perfil con el perfil de la reina queda aún sin resolver.
Eso si, ver el Camafeo conocido como “La Joya de Drake” es una experiencia inolvidable ¡de lo bonito que es!