La calidad de los diamantes

“Los diamantes son los mejores amigos de las mujeres” según un  diálogo de la famosa película “Los hombres las prefieren rubias”. Sin embargo, en nuestro imaginario colectivo, un diamante es generalmente de un blanco luminoso, perfectamente transparente y la mayor parte de las veces facetado a “brillante”. Pues bien, la realidad es bastante diferente. Así que antes de elegir a “vuestro mejor amigo” os dejo aquí algunas apreciaciones acerca de los diamantes que pueden ayudaros a tomar una buena decisión…así como la calidad de los diamantes.

El diamante, la piedra preciosa más estrictamente controlada del mundo

Los diamantes, por razones notoriamente históricas, pero también a causa de su rareza y de sus propiedades intrínsecas, ejercen una verdadera fascinación en los seres humanos y son objetos de deseo. Por lo tanto y para evitar los abusos de compradores y vendedores sin escrúpulos, el mercado del diamante es el más controlado de todos los mercados de gemas del mundo. Por ejemplo, todos los diamantes deben ser certificados a través del Proceso de Kimberley, que garantiza que los diamantes provienen de fuentes legales y aseguran que su extracción y comercialización no son usadas para financiar guerras civiles.

Daniel-Max-Fiala: Un experto en diamantes 

Más allá del control, los diamantes son además objeto de un sistema de evaluación universalmente compartido, el cual permite a los compradores (¡vosotros!) comparar las piedras entre ellas.  Dichas evaluaciones se dedican a clasificar cuatro de las características esenciales de esta gema, denominadas comúnmente las “4 C”: color, claridad, corte y su peso en quilates (carat en inglés). Este sistema se utiliza para evaluar también otras piedras preciosas, pero en el caso del diamante la evaluación es más compleja y más exhaustiva.

 ¿Los diamantes son siempre blancos?

Contrariamente a lo que generalmente se piensa, los diamantes existen en diferentes colores: rosa, azul, amarillo, marrón, verde, negro, rojo… algunas de estas variedades son extremadamente raras y vosotros no las encontraréis a la venta. Estos diamantes coloridos son denominados “Diamantes Fancy”.

El diamante blanco es uno de los más comunes, aunque el término “blanco” describe una realidad de lo más vasta. Efectivamente: del blanco puro al blanco con una leve tendencia al amarillo, al grisáceo o al beige. Estas tonalidades no son apreciadas, cuando se habla de “Diamante Blanco” (tal es la clasificación en solitario) y se busca que el blanco sea lo más puro posible. La GIA (Gemological Institut of America – Instituto Gemológico Americano) es la autoridad mundial en materia de clasificación de diamante y ha creado un sistema de evaluación preciso para designar el color del diamante.

A continuación la tabla de la GIA, la cual indica su graduación según la leve tonalidad que tenga la estructura del diamante:

(D, E): Blanco excepcional

(F, G): Blanco extra

(H, I, J): Blanco a blanco sombreado

(K, L, M): Amarillo/ Gris/ Beige extremadamente ligero

(N, R): Amarillo/ Gris/ Beige muy pálido

(S, Z): Amarillo/ Gris / Beige pálido

Transparencia del diamante

Lo hemos dicho antes, la claridad es un aspecto muy importante en una gema en general. Para el diamante es decisivo, y por lo tanto existe una tabla de clasificación de la claridad del diamante de la GIA (¡otra vez la GIA!)

A continuación la tabla de transparencia con la cual se clasifican la calidad de los diamantes:

 

El corte y el peso en quilates

El corte y facetado más clásico del diamante es el  “Brillante” pero todos los cortes están permitidos: oval, octogonal, a forma de gota, de corazón, etc. Los diamantes de facetado “Brillante” son objeto de una atención particular, ya que las proporciones que deberá tener este corte están determinadas de manera matemática.

En el proceso de la calidad de los diamantes, el peso en quilates es lo más fácil de determinar, ya que solo se debe pesar el diamante en una balanza de lapidario, para saber exactamente su peso.

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