Cuando pensamos en la joyería más antigua que existe, nos vienen a la mente piezas como lapislázulis de Egipto de 5.000 años o joyas aztecas con turquesas que se remontan a 4.000 años ¡pues las joyas más antiguas datan de 100.000 años atrás!
Y estamos hablando de una serie de cuentas compuestas por un material orgánico, que porviene de la concha de un molusco de nombre Nassarius.
Las más antiguas, que efectivamente datan de hace 100.000 años, fueron encontradas en la cueva de Skhul, en Israel. Se trata de dos cuentas del tamaño de dos judías perforadas, lo cual indicaría que estaban preparadas para ser llevadas en un colgante o engarzadas junto con otras en un collar.
No es del todo claro la manera en que fueron perforadas pero se piensa que con utensilios de piedra. Además se considera posible que llevar estas cuentas no era solamente un acto decorativo sino ritual.
El otro hallazgo fue descubierto en la cueva de Blombos en Sudáfrica. Se encontraron varios ejemplares de cuentas y al estudiarlos se supo que databan de 70.000 años atrás. Se diferenciaban de las cuentas encontradas en Israel por una ligera coloración rojo ocre.
En caso de que hayan sido teñidas ¡estamos frente al primer caso de gemas tratadas de la historia! Pero existen otras explicaciones posibles tales como que las cuentas se encontraban rozando una superficie teñida, por ejemplo la piel a la que le fuera aplicada una substancia rojo ocre.
El tercer hallazgo, siempre de cuentas hechas de la concha del molusco Nassarius, fue encontrado en Algeria, en la región de Oued Djebbana. En este caso se trató de una sola cuenta de alrededor de 35.000 años. El sitio donde fue hallada se encuentra a unos 160 kilómetros de distancia del hábitat marino del Nassarius y por lo tanto se piensa que fue transportada hasta allí.
El Nassarius, un molusco predador que vive en las costas o en aguas bajas, se puede encontrar hasta el día de hoy en diferentes sitios del mundo. Su nombre latino viene de la palabra “nassa” que significa “cesta de red alargada”, refiriéndose a las cestas que se usan para la pesca.
Se lo conoce además como “caracol de barro nassa”. Se alimenta de peces, los cuales arrastra en lugar de atrapar. A este tipo de molusco se lo usa a menudo en peceras y acuarios para que mantenga limpios los tanques y las arenas.
Sus colores varían entre el blanco, marrón, marrón oscuro y alguno casi negro y hasta el día de hoy se usan en joyería. En muchos casos combinadas con piedras preciosas.
Las cuentas consideradas como la joyería más antigua encontradas en la cueva de Skhul se pueden admirar en el London Natural History Museum de Inglaterra.
Las provenientes de la cueva de Blombos de Sudáfrica han sido motivo de decoración de una serie de sellos sudafricanos y la canica proveniente de Algeria en Oued Djebbana se encuentra en el Musée de l’Homme, en Paris, Francia.
Estos hallazgos no solo nos hablan de lo antigua que es la joyería, y del impulso que lleva al ser humano a decorarse, sino que ayudan a la ciencia a conocer mejor nuestra historia, a precisar de donde venimos y cuando se inició la humanidad.