La turmalina Paraíba, uno de los más bellos descubrimientos en gemología durante el siglo XX, cuyo nombre proviene de su lugar de origen, el estado de las piedras preciosas de Brasil, Paraíba.

Gran parte del territorio del Estado de Paraíba está constituido de rocas resistentes y muy antiguas, del Precámbrico, con más de ¡2,5 mil millones de años!

Ellas forman un complejo cristalino que favorece la formación de gemas. Aquí inició su búsqueda un entusiasta geólogo de nombre Hector Dimas Barbosa, quién insistió en creer que en las colinas de la región se encontraba, debido a las características particulares de su formación rocosa, una nueva piedra preciosa – ¡algo desconocido hasta la fecha! Debemos decir que sus conocimientos y su experiencia jugaron sin duda un importante rol, pero su tenacidad y la fe en su visión fueron las que lo llevaron a no dudar y a seguir persistiendo en su intento durante ¡cinco años! Pero al final, en 1987, vieron la luz por primera vez las maravillosas turmalinas que hoy se conocen como “turmalinas Paraíba”

Las turmalinas recién descubiertas (en general pequeñas, raramente sobrepasaban el quilate) eran cristales de maravilloso color turquesa, mostrando una variedad que va desde el verde azulado al azul cristalino, con una espectacular luminosidad. En el grupo de las turmalinas, diversos son los elementos que le dan los distintos colores a los cristales: hierro, cromo, vanadio y/o manganeso. Esta nueva variedad posee dentro de su composición química el elemento cobre. Los geólogos pudieron comprobar que una gran parte de la estructura del cristal contiene dicho elemento combinado con rastros de manganeso. Es la única variedad de turmalina que contiene cobre y a él se debe su maravilloso color y su intenso brillo.

Después de un período de búsqueda intensa, cinco años mas tarde la mina no daba más cristales. Y así comenzó una búsqueda que dura hasta el día de hoy de nuevos ejemplares de turmalina Paraíba.

En el año 2001 se descubrieron con gran sorpresa piedras idénticas en Nigeria, dentro de  un entorno geológico rico en cobre. También en Mozambique se encontraron ejemplares de turmalinas con la misma estructura y por ende con el mismo maravilloso color.

Pero en Brasil los garimpeiros (mineros artesanales) jamás dejaron de buscar nuevas fuentes de esta gema y es así como ocurrió lo que vino a saberse a mediados del año pasado en Brasil.

Una banda de delincuentes

La policía descubrió una presunta “mafia de piedras preciosas”, quienes extraían ilegalmente turmalinas Paraíba, en una región de Paraíba al norte del estado y las vendían luego en diferentes países del mundo. Los ocho miembros de la banda habrían ganado alrededor de 800 millones de euros. El potencial de la mina ilegalmente explotada se valúa en alrededor de ¡300.000 millones de euros!

Como la turmalina Paraíba es una de las más codiciadas y costosas gemas del momento la banda había conseguido crear un complejo sistema, del cual formaban parte además una red de empresarios mineros. De esa manera la gema era extraída ilegalmente de una mina en el estado de Paraíba. Para ocultar su origen la piedras eran transportadas al estado limítrofe de Rio Grande do Norte, allí se les proporcionaba de certificados falsos. Desde allí iban a Minas Gerais, para ser talladas. Una vez perfeccionadas, diferentes intermediarios las llevaban a Sao Paulo y de allí al exterior. Como la Gema “oficialmente” no provenía de Paraíba, se le calculaba un valor menor. En Bangkok, Hong Kong, y Houston se las sometía a un examen gemológico, donde venían reconocidas como verdaderas turmalinas de Paraiba. A partir de allí eran comercializadas a un valor que oscilaba entre los 30.000 dólares y los 800.000 dólares por quilate.

La Policía Federal declaró en su momento, en conferencia de prensa, que el trabajo de investigación de la mina ilegal se había iniciado ya en el 2009. Agravó el descubrimiento, el hecho de que un miembro del parlamento estaba involucrado en el delito, propietario de una de las empresas comprometidas. La intervención policial, que tuvo lugar paralelamente en varios estados del país llevó a la cárcel a ocho inculpados. Trás casi un año, los procesos aún no han terminado. La mina ha sido incautada y ha cesado de trabajar.

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