Hoy quiero hablaros de un sitio particularmente importante como lugar de extracción de piedras preciosas de gran importancia y calidad en el mercado. Se trata de Sri Lanka. Cuando escuchamos el nombre de este país, nuestro subconsciente se ilumina con historias lejanas de una tierra exótica y fascinante. Efectivamente Sri Lanka es un país particular, de un atractivo que seduce al visitante con lagunas cristalinas, interminables playas de arena y palmeras a lo largo de un mar de color turquesa, plantaciones de té y terrazas de arroz se intercalan con vegetación tropical y con montañas que encierran bosques de niebla y cascadas de agua. La isla encierra además tesoros culturales como imponentes ruinas de templos budistas e hindúes. ¡Basta pensar que la UNESCO ha declarado 7 sitios de Sri Lanka como Patrimonios Culturales de la Humanidad!
Pero yo quiero hablar aquí fundamentalmente de la riqueza en gemas provenientes de Sri Lanka.
Esta isla se separó de la plataforma continental que hoy comporta la India unos 45 millones de años atrás. Recién en 1972 el país cambió el nombre de Ceilán por el actual de Sri Lanka.
Es a partir de fenómenos geológicos metamórficos, tanto regionales como de contacto, que permitieron en esta isla la formación de cinturones de corundo, que proporcionan hoy la extracción de maravillosos zafiros y excelentes rubíes. Pegmatitas son hoy las fuentes magmáticas de las piedras preciosas más importantes de la isla, albergando Berilo, Turmalina, Zafiro, Rubí y Piedra de Luna.
El país fue azotado por una sangrienta guerra civil que duró 26 años y es a partir del 2009, finalizada la guerra, que Sri Lanka demuestra un rápido crecimiento económico. La población del país cuenta con diferentes etnias y coexisten además diferentes religiones. Predomina la religión Budista, seguida por las religiones Islámica e Hindú y cuenta además con una minoría de Cristianos. Interesante es remarcar que son las minorías Islámica e Hindú responsables de la rica tradición de joyería en el país, teniendo en la actualidad enorme poder de adquisición en la venta al por menor de la industria joyera del país.
La tradición de piedras preciosas en la isla se remonta a 2000 años atrás. Esta isla que escondía tesoros de gemas en sus entrañas era llamada en sanscrito Ratna Dweepa, que significa Isla de Joyas. Son infinitos los testimonios a partir de la antigüedad que hacen mención a las gemas de la isla. Desde el astrónomo griego Ptolomeo al Emperador Romano Claudio. Conocemos la referencia de Marco Polo en su diario del 1293 donde menciona la abundancia de piedras preciosas en la isla incluyendo Rubíes, Zafiros, Topacios, Amatistas y Granates y la sorpresa del famoso explorador árabe Ibn Battuta cuando visitó la isla en el siglo XIV describiendo en un pequeño compendio las Piedras Preciosas que tuvo oportunidad de admirar.
Es a partir del período bajo el poder colonial europeo, que se conocen las gemas de la hoy Sri Lanka en occidente. A partir de este período es que la isla cobra la fama de gran proveedora de piedras preciosas de calidad superior.
En el siglo XX Sri Lanka disminuye su carácter de gran exportador de piedras preciosas. Esto se debe a diferentes factores: descubrimiento de nuevas fuentes productivas, el retraso en las tecnologías modernas de corte del material y regulaciones gobernativas que dificultaron el crecimiento de la industria exportadora de gemas, que en cambio aumentaba sin interferencias en países como Tailandia.
Es a partir de las dos últimas décadas que reflorece la industria exportadora de piedras preciosas de la isla encantando al mundo con algunos tesoros maravillosos que no dejan de deslumbrarnos.
Es famoso, por ejemplo, el Zafiro Azul Ceilán, conocido como uno de los Zafiros Azules más bellos y brillantes que se ofrecen en el mercado, como lo es también el zafiro de Cachemira. Se trata de zafiros con una intensa tonalidad azul que al mismo tiempo muestran una cristalización perfecta, lo cual permite un juego maravilloso de tonalidades de azul intenso, azul cielo y sombreado con azul oscuro. Un verdadero milagro de la naturaleza. Otro zafiro de gran reputación y objeto del deseo tanto de coleccionistas como de amantes de piedras preciosas es el Zafiro Padparadscha. Fue descubierto en Sri Lanka por primera vez. El vocablo Padparadscha es de origen Cingalés, significa literalmente «color de la flor de loto al atardecer» y designa la variedad más rara y valiosa de Zafiro carmesí. A diferencia de otras gemas, el color más apreciado en estos zafiros, no es el más intenso, sino aquel que posee una sutil y delicada mezcla: el naranja y el rosa suave. Cuando se pregunta a los expertos por el color que debe mostrar el zafiro para ser considerado Padparadscha, casi todos responden que es difícil determinar dónde termina el naranja y donde comienza el rosa, pero lo que si es cierto, es que el auténtico Zafiro Padparadscha de Sri Lanka, tiene un ligero y sutil toque rosa.
¡Y no olvidemos la Piedra de Luna Arco Iris! La más famosa Pegmatita de Sri Lanka es el depósito de Piedra de Luna de Meetiyagoda, en el Sur de la Isla.
La Piedra de Luna Arco Iris que encontramos en Sri Lanka es de calidad excelente. Se trata de Piedra de Luna transparente con una adularescencia azulada maravillosa que la coloca en el primer puesto del ranking de calidad de Piedra de Luna en el mercado internacional de gemas.