La aguamarina es conocida desde hace milenios y decididamente es una de las piedras preciosas más amadas. El nombre “Aguamarina” fue usado hace 2.000 por los romanos para definir esta gema pero es recién a partir del Renacimiento que se la llama definitivamente de esta manera. Anteriormente se la mencionaba junto con otras piedras preciosas simplemente como “Berilo” y por lo tanto es difícil identificarla en los textos antiguos. Desde el siglo XV se denomina Aguamarina a la variedad azul del berilo, que recuerda al color del mar. Y desde entonces ¡el mundo es impensable sin ella!
Mitos y leyendas
Existen incontables mitos y leyendas acerca del Aguamarina, una de las más conocidas es la que narra que la gente de mar creía fervientemente que el poseer un amuleto con Aguamarina insuflaba al alma un coraje inigualable.
Según el antiguo “Lapidarium Nauticum” esto solo sucedía si en la piedra se encontraba tallada la figura de Poseidón. Beda Venerabilis, monje anglosajón de la orden de los Benedictinos, teólogo y escritor de historias creía en cambio que la Aguamarina sin pulir representaba el espíritu del ser humano que no brillaba por completo hasta que la gracia de Dios lo formara. Otra historia que me ha hecho reír un poco es aquella de la época del Renacimiento, se cuenta que se usaba de beber agua donde se colocaba una Aguamarina para curar las enfermedades de la vista, pero no solo eso, era capaz de curar la peor de las enfermedades de los ojos que era la curiosidad!
Clara, transparente y brillante
Esta variedad de Berilo se caracteriza generalmente por su absoluta limpidez y un espléndido brillo. Su color azul claro es símbolo de naturalidad y consigue transmitir una sensación de serenidad a muchas personas. Aguamarinas son piedras preciosas nocturnas.
Ya durante el día reflejan la luz regalándonos brillo y esplendor, pero de noche, a la luz de las velas desarrollan su suntuosidad y se tiene la sensación de ser iluminados por el brillo y la belleza de la gema. El elemento responsable del color de la Aguamarina es el hierro, la intensidad del color depende ciertamente de la concentración y de la posición del hierro dentro del cristal de Berilo.
Aguamarina Santa María
En el corazón de Minas Gerais, en Brasil se encuentran las minas de la Aguamarina Santa María. Más exactamente en las cercanías de Santa María de Itabira, donde se la extrae de pegmatitas metamórficas.
Estas minas de las que se obtiene una calidad maravillosa de color fueron descubiertas en los años 50 del siglo pasado, pero se encuentran en la actualidad prácticamente agotadas.
En raras ocasiones se encuentran aún algunos ejemplares. La mayoría de los ejemplares que se ofrecen hoy pertenecen a partidas de Aguamarinas adquiridas en los años anteriores.
Desde inicio de los años 90’ se conocen Aguamarinas con color similar provenientes de África, las cuales se exponen en el mercado con el nombre adicional de “africana”. Desde entonces las Aguamarinas que llevan la descripción de “Santa María” no es por su sitio de origen sino que es una designación de calidad gemológica que destaca una calidad superior. En las colecciones de Juwelo encontraréis solo las auténticas Aguamarinas “Santa Maria” provenientes de dicha Mina en Brasil.
Aguamarina Sao Domingo
También proveniente de Brasil es la Aguamarina Sao Domingo. En realidad es gracias a la casualidad que esta mina fue descubierta, pues se encuentra en el terreno de una hacienda de nombre Sao Domingo. Posee un color azul pastel claro y fresco y un maravilloso brillo.
Aguamarina Bauchi
Esta variedad de Aguamarina proviene de la provincia de Bauchi en Nigeria. Las Aguamarinas Bauchi muestran una gama de colores que van desde el azul pastel hasta un fuerte azul cielo.
Su elegante look glacial se complementa maravillosamente con los colores marrones oscuros y con todas las tonalidades pasteles. Esta Aguamarina ofrece un brillo y un esplendor que la convierten en un estupendo accesorio para los amantes de gemas claras y transparentes.