El oro ha sido considerado el rey de los metales y se lo describía en la antigüedad como “lágrimas del sol” y “fuente de energía”. Hoy permanece como un metal amado en joyería y encontrarlo es para muchos objetivo de vida.
La joyería moderna ha evolucionado no solo en el diseño sino además técnicamente. Lo que en la antigüedad se consideraba un oficio hoy es todo un arte. Los grandes diseñadores se han acercado al uso de materiales alternativos como el cuero o las conchillas, que combinan con piedras preciosas, de la misma manera que las nuevas aleaciones han permitido que cierto tipo de joyería sea un poco más accesible.
Cuando se habla de productos de joyería la mayoría de la gente piensa de inmediato en oro. La estabilidad de este metal lo ha convertido en ideal para ser usado en joyería ya que es uno de los pocos metales nobles resistentes a la oxidación y a la corrosión.
Aunque hablamos de uno de los metales más antiguos que se usan en joyería, debemos saber que en estado totalmente puro no se suele usar, debido a su maleabilidad: es un metal demasiado blando.
En muchos países asiáticos el oro puro ha sido durante años el estándar, sin embargo las innovaciones técnicas, hacen posible que se combine con otros metales para hacerlo más resistente, lo que es conocido como aleación de oro.
Muchos consumidores se muestran sorprendidos al saber que el 99 % de la joyería, no usa oro en estado puro. Desde hace ya muchos años se han establecido diferentes aleaciones que se han impuesto, tanto en joyería de marca, como en joyería industrial o de piezas únicas.
Estas aleaciones comportan una mezcla – realizada a fuertes temperaturas – de una determinada cantidad de oro con otros metales. Las aleaciones pueden incluir platino, plata, paladio, cobre, zinc, níquel, cromo y cobalto, entre otros metales.
La aleación ha permitido hacer las joyas de oro más accesibles al público, ya que se usa con aleaciones que contienen menos cantidad de dicho metal.
El oro más usado en joyería fina – y que se ha establecido como estándar de óptima calidad – es el de 18 kilates, que es conocido además como “750”. Esto quiere decir que tiene una composición de 75% de oro y un 25% de metales adicionales. Luego tenemos el de 14 kilates (58.5% de oro) y el de 9 kilates (37.5% de oro), estos últimos también se usan en joyería con excelentes resultados.
La aleación no solo es debido a su dureza sino que además se puede obtener un color determinado:
Blanco es aleado con paladio y plata.
Rosa está aleado con plata y con cobre.
Rojo contiene solo cobre como metal aleatorio
Negro contiene cromo y cobalto.
Gris lleva manganeso, plata y cobre.
Verde contiene plata, cobre y cadmio
Azul tiene hierro o indium.
E incluso hay púrpura que es la aleación con aluminio.
Así es que contamos con oro en todos los colores, en caso de así desearlo, gracias a la innovación de las aleaciones.
Hasta mediados de los años ’90 del siglo pasado se usaba el níquel en las aleaciones. Pero al conocerse que este metal podía causar alergias dermatológicas, casi se ha descartado de las aleaciones. Es importante informarse con vuestro joyero de confianza donde ha sido hecha la aleación para estar 100% seguros que vuestro no contiene este metal.
Las piezas en oro son atemporales, los diseños pueden cambiar pero este metal estará presente en la joyería. Como dice el refrán: “no todo lo que brilla es oro, pero nada brilla tanto como el oro”