Muchas veces hemos visto joyas en los peinados con piedras preciosas. Son variadas también las cintas para el pelo con aplicaciones en plata u oro y con gemas con las cuales sujetar y decorar el cabello.
Las diademas y tiaras se usan además en ocasiones especiales como en el día de la boda o en una importante gala. No necesitamos hacer una investigación demasiado profunda para confirmar la presencia de joyas en los peinados en las diferentes épocas de la historia y tanto mosaicos antiguos, como pinturas y esculturas dan buena cuenta de ello. Con esto quiero decir que las joyas y el cabello han ido siempre de la mano.
Hoy quiero cantaros la historia de un joyero moderno, el cual se convirtió en joyero icónico a partir de un extravagante golpe publicitario.
Estoy hablando de Laurence Graff. Este joyero nacido en 1938 en Stepney, al este de Londres, en el seno de una familia judía, abandonó la escuela para ser aprendiz en un taller de orfebrería con tan solo 15 años. Su padre era un comerciante de origen ruso y su madre de origen rumana atendía un quiosco de periódicos y tabaco. Tuvo solo un hermano, Raymond, nueve años menor que él.
Peinado con diadema
Laurence Graff reparaba anillos y broches para la pequeña joyería donde había iniciado como aprendiz y al cabo de poco tiempo se atrevió a proponer pequeñas piezas hechas por él mismo y de esta manera se convirtió en socio del Sr. Schindler, el propietario original del pequeño comercio. Lamentablemente – ¿o afortunadamente para Laurence? – el negocio entró en quiebra y Laurence se vio obligado a proponer sus diseños como independiente a joyeros en toda Inglaterra… ¡con inesperado suceso!
En 1958 Laurence poseía ya un pequeño negocios en Hatton Garden, sitio reconocido desde el Medioevo como el centro del mercado joyero de Londres.
En 1960 fundó la “Graff Diamonts” ofreciendo a la venta joyas de excelencia, costosas y exuberantes. Se especializó en buscar clientela en el Medio Oriente. Entre sus compradores se encontraba Hassanal Bolkiah, el 29° Sultán de Brunei, quién compró joyas a Laurence Graff a lo largo de toda su vida y se convirtió en su amigo íntimo. Un día el Príncipe Turki bin Adbul Aziz entró en su negocio y compró todas las joyas que se encontraban en la tienda ¡incluyendo un diamante de 14 quilates! Su fama creció sobre todo en los países del Medio Oriente pero Laurence decidió que debía hacerse conocer a nivel mundial y solo conseguiría afrimarse con un efectivo golpe publicitario.
Así es que en 1970 con ayuda creativa de un estilista de cabellos presentó a una joven, en cuyo espectacular peinado habían sido incrustadas diferentes joyas, incluyendo excelente calidad de Diamantes por un costo de 1 millón de dólares. El trabajo llevó el nombre de “Hair & Jewel” y es hasta el día de la fecha una fotografía icónica de lo que significó un hito en la publicidad de joyas. La presentación ocasionó un fuerte impacto en los medios y dio las fotografías del evento dieron la vuelta al mundo. Para la época era una fotografía totalmente innovadora: No solo “distribuir” joyas en una cabellera por el valor de 1 millón de dólares era algo que jamás se había hecho, ya que hasta la fecha se presentaba la joyería fina en manera extremadamente conservadora sino además mostrar a una mujer muy joven como la depositaria de semejante tesoro.
De esta manera se insinuaba el deseo de las jóvenes mujeres en poseer Diamantes en sus colecciones. Y de un día para otro “Graff Diamonts” estuvo en la boca de todo el mundo. A partir de allí la empresa no paró de expandirse abriendo sucursales en USA, Europa, Asia, África y en el Medio Oriente.
No hace más de un año, para festejar la inauguración de su sucursal N° 40 Laurence Graff anunció a la prensa que reconstruiría el famoso “Hair & Jewel”.
Para la ocasión se invitó a la modelo Dalia Gunther en cuyo extravagante peinado fueron colocadas joyas maravillosas como los exclusivos pendientes en “Sweetheart” con más de 50 quilates en Diamantes; un Diamante en forma de corazón de 50,76 quilates; un pendiente de Diamante briolette azul intenso internamente perfecto de 10.47 quilates; un fabuloso anillo de Diamante rosado de corte oval internamente perfecto de 6,51 quilates; el gigantesco Diamante “Letöeng Star” de 550 quilates, considerado el N° 14 entre los más grandes del mundo. En la bella cabellera de Dalia Gunther se encontraban esta vez joyas por un valor de 500 millones de dólares! (366 Millones de euros) Esta recreación pudo ser admirada en la prestigiosa feria de Arte Tefaf Maastrich del 14 al 23 de marzo pasados ocasionando furor entre sus visitantes. ¡Yo en tanto sigo yendo a mi peluquero de siempre…!
