¿No es hermoso enterarse del porqué de las cosas? Mi padre siempre me divertía contándome porqué se usaba el último botón del chaleco desprendido o porque el cuchillo de pescado tenía la lama en forma de pala. Hoy os hablaré del origen de algo tan normal en el uso diario del anillo.
En la prehistoria ya tenía el anillo un significado sentimental. Más que un emblema de riqueza el anillo se usaba primitivamente para identificar a la persona con la que se compartía la vida, la caza, la siembra, etc. Podía ser esta persona una pareja o un compañero en la comunidad trabajadora. Los motivos elegidos se encontraban en estrecha relación con creencias religiosas de la época. Los materiales estaban intrínsecamente ligados a los credos prehistóricos que a su vez se relacionaban directamente con las actividades que permitían el sustento de la comunidad.
Pero el rol del anillo bien definido viene del antiguo Egipto. Se han encontrado anillos egipcios que datan de alrededor de 3000 años antes de la era cristiana. Más de 30 siglos antes del inicio de nuestro tiempo el anillo se usaba como joya en dicha cultura.
Se han encontrado anillos de oro macizo de bellas y estilizadas líneas. En ellos vemos formas con símbolos recurrentes: víboras, escorpiones y otros animales que producen temor o repulsión. Esto se debe a que en esa anciana cultura los anillos eran usados como talismanes o amuletos – además de símbolos de poder y riqueza – y estaban destinados a proteger a su usuario de toda fuerza hostil, enemiga, dañina o misteriosa.
No olvidemos que los escarabajos, gatos y halcones venían utilizados por los egipcios como protección contra adversarios y males diversos, ya que representaban las cabezas de los dioses más poderosos en sus creencias religiosas.
Pero también existía anillos de formas geométricas donde venían reproducidos elementos simbólicos siempre con la función de proteger a quien lo llevara: el ojo de Wedjet (contra el mal de ojo), los símbolos de Djed, Sa, Ankl y Tyer (salud, prosperidad, larga vida y suerte)
También los colores jugaban un rol importante. Cada color tenía un simbolismo preciso y en función de este venía elegido el color del material o piedra en que se hacía el anillo. El verde, por ejemplo, representaba la vegetación, el negro la tierra fértil, el rojo se usaba para simbolizar el desierto, etc.
Pero la función más representativa del anillo en el antiguo Egipto era la de acompañar a su usuario a “la otra vida”, la vida después de la muerte. Según los antiguos textos religiosos y literarios, los dioses, que podían tener aspecto humano estaban encarnados en tres sustancias: sus huesos de Plata, su carne en Oro y sus cabezas en Lapislázuli. Las tumbas encontradas abundan de sortijas de plata, oro, hierro, arcilla esmaltada o cuarzos. Estos anillos eran llevados tanto por hombres como mujeres, ya sea en forma de adorno protector, para demostrar autoridad o para llevar consigo el sello de familia. Los anillos de las familias menos adineradas, como así también los llevados por los sirvientes muertos que acompañaban a sus patrones en su último viaje, eran simples, de cobre, o alfarería. Los nobles y ricos llevaban verdaderas joyas en oro y plata. Cada anillo era una obra maestra de la orfebrería de la época, cincelados y con adornos en relieve.
Muchos de estos anillos llevaban grabado en jeroglíficos el nombre y los títulos de sus propietarios. Se han encontrado bellos exponentes de este tipo hechos de Marfil, Ámbar, y Piedras Preciosas tales como la Cornalina, Lapislázuli u Ónix.
Un tema es recurrente en todos los anillos de los muertos, independiente de su material, es el escarabajo. Dicho insecto era símbolo de buena suerte y evocaba al Dios Jepri, que venía representado como un dios con cuerpo de hombre y cabeza de escarabajo. Jepri era el dios de la mañana y el símbolo de la vida eterna. Los anillos con escarabajos se los consideraba indispensables como buen augurio a la hora de enfrentar a Osiris, deidad que presidiría el tribunal que juzga a los difuntos según las creencias religiosas del antiguo Egipto.
Además se debe destacar que a lo largo de toda la época antigua los anillos fueron usados como sellos, siendo los egipcios los precursores de esta usanza. Sabemos que ellos adoptaron cilindros mesopotámicos empleados como sellos y luego le dieron formato de anillos: Firmaban sus documentos oprimiendo levemente el sello de arcilla, yeso o tierra sigilar para que su impronta hiciera fe en los casos judiciales.
Estos anillos eran de metal labrado o de piedras esculpidas como la Cornalina, la Diorita o el Ágata. Se usaba también arcilla esmaltada, en cuya base se leía una inscripción y jeroglífico grabado en hueco.
Las leyendas que estos anillos, denominados “signatarios”, portaban en sus sellos podían ser de carácter religioso como también llevar lemas de vida o nombres propios.
Y el otro uso importante de los anillos en el antiguo Egipto, el cual se ha remitido a través de los siglos, es su función emblemática: el esposo egipcio coloca el anillo en el dedo de su esposa en señal de confiarle la custodia del hogar y sus posesiones. Tal es la historia de las famosas “sortijas matrimoniales”.