En el mundo de las piedras preciosas aparece una y otra vez la denominación „piedras semipreciosas“. Este término me ha parecido siempre de lo más extraño. ¿Qué es lo que significa exactamente? ¿Existen también las piedras “un cuarto de preciosas” o “tres cuartos de preciosas? No, lógicamente que no, pero si nos ponemos a analizar el término con exactitud veremos que esa denominación no tiene nada de lógica tampoco. ¿Cómo es que entonces ese término se mantiene con tanta persistencia?
Posibles explicaciones
Hay varias conjeturas acerca del origen de dicha denominación o, en todo caso, para qué se la creó. Una cosa es cierta, en el pasado se consideraban Piedras Preciosas solo a las “Grandes 4” o sea al Diamante, el rubí, el Zafiro y la Esmeralda. A partir de esto las otras Piedras usadas en joyería necesitaban también una denominación y de allí viene el término: “Piedras semipreciosas”. Otras fuentes indican que todas las Piedras que eran opacas (no transparentes) o que eran más fáciles de encontrar se las consideraba “Piedras Semipreciosas”. Por lo tanto esto nos lleva a reconocer como es absurda y equívoca esta denominación si se tiene en cuenta que el diamante es mucho más fácil de encontrar que la Tanzanita, la cual se puede extraer en un único yacimiento en todo el mundo o la Hemimorfita, que además es opaca.
Incluso el precio no juega un rol decisivo en esta controversia de cómo diferenciar una Piedra Preciosa de una Semipreciosa ya que Alejandritas, Turmalinas o Aguamarinas alcanzan a veces precios por quilate mucho más elevados que algunas de las “Grandes 4”.
El punto de vista actual
En este sentido las asociaciones internacionales e los institutos de investigación que se encargan del tema han dado un claro y exacto punto de vista:
La AGTA (Asosiación Americada de Comercio con Gemas) recomienda a sus miembros en su “Codigo de Ética” de evitar la denominación “semi-precious” (semipreciosa) en la descripción de Gemas. En la francesa CIBJO (Confederación Internacional de la Bisutería, Joyería, Orfebrería, Diamantes, Perlas y Gemas) se puede leer en su libro “Gemstone Book” en la sección 4.3.6. un discurso similar: “El término “piedra semipreciosa” (5.45.) es engañoso y se lo debe evitar”. En la sección 5.45. se agrega que las “Piedras Semipreciosas” eran consideradas en el pasado como Piedras no raras lo cual es hoy inexacto y crea confusión.
Quien piense que esta diferencia entre piedras preciosas y las así llamadas “semipreciosas” es tan antigua como el comercio de las gemas se equivoca en manera contundente, ya que fue recién a partir de mediados del siglo XIX que se inició con esta distinción.
Me da la sensación que el término “semiprecioso” implica una inferioridad que las Gemas, – igual si son opacas o no o si son raras o rarísimas – no merecen en absoluto. Estoy 100% de acuerdo con el experto de gemas y autor australiano Gavin Linsell quien en su libro “El Mundo de las Gemas” se lamenta de esta diferenciación y pregunta si alguien sería capaz de denominar a sus seres queridos “semibellos”. Porqué entonces “semipreciosas”. Para mí esta denominación comporta confusión y es inexacta y por lo tanto la he desterrado de mi vocabulario. ¡Cada piedra preciosa tiene su particular encanto!