Varios son los nombres que brillaron en el firmamento de la joyería entre los años 45 y 55, pero algunos de ellos han marcado de tal manera el estilo de la época que merecen una atención particular: Henning Koppel, Line Vautrin, Eyna y Paul Podolsky y Elisabeth Treskow.
Tanto Henning Koppel como Line Vautrin, Eyna y Paul Podolsky y Elisabeth Treskow eran formados y experimentados orfebres antes de la guerra. Cada uno había conseguido en su país establecerse en el oficio. La guerra lo cambia todo y sobre todo cambia las condiciones bajo las cuales se deben realizar piezas de orfebrería durante e inmediatamente después de la guerra. austeridad era la palabra de orden.
En los países nórdicos se destacó un artista que inicialmente se había formado como plástico y escultor: Henning Koppel. En los años posteriores a la guerra Henning Koppel encuentra su camino como diseñador de objetos en plata que elabora para el prestigioso negocio de su amigo Georg Jensen. Entre los varios objetos se destaca maravillosa joyería en plata que marca un tipo de diseño conocido hasta el día de hoy como “diseño nórdico”. Las líneas son extremadamente estilizadas. Son objetos realizados en una sola pieza, sin grabado ni relieve, con formas abstractas y delicadas.
La “poetiza del metal” de Paris
La francesa Line Vautrin es desde los inicios de su carrera una rebelde a quien no le apetece someterse a los dictados de la moda y realiza pequeñas colecciones que se atreve a ofrecer puerta a puerta en el ambiente rico parisino de los años 30. Su participación en la Exposición Internacional de París en 1937 le da cierta fama. Consigue pocos años mas tarde abrir una deliciosa boutique cerca de Champes-Élysées. Su especialidad es realizar exquisitas piezas en bronce, considerado en aquella época metal de mal gusto en joyería, y no abandona la exhaustiva experimentación con metales y materiales. En esa época se convierte en la “poetiza del metal”. Pero no será hasta su vejez cuando consigue fama internacional. Por un caso fortuito un coleccionista y negociante de arte británico David Gill la descubre y le organiza exposiciones por todo el mundo. Dos libros sobre ella y su arte son publicados. Hoy las joyas originales de Line Vautrin se ofrecen y se subastan a precios exorbitantes.
Inmigrante en Londres
El inmigrante ucraniano en Londres Eyna Podolsky y su hijo Paul Podolsky tienen varios objetos expuestos en famosos museos. Uno de los más bellos lo he visto en el Museo V&A (Victoria and Albert) en Londres. Es un maravilloso collar que combina oro blanco y oro amarillo y se cierra con un clip en diamantes, zafiros y rubíes, el cual se puede usar separadamente. La joyería Podolsky, durante la postguerra creó gran cantidad de ejemplares en oro 9 quilates, debido a las restricciones y a los impuestos que se debían pagar por artículos de lujo, e impulsó de esa manera el uso de esa tipología de oro, muy usada en la actualidad. Muchos de los collares y brazaletes estaban realizados con pequeños cilindros de metal conectados uno a otro en manera de “cuerpo de serpiente” lo que daba un look sumamente estilizado y moderno. Hoy se otorga en Gran Bretaña el premio “Paul Podolsky” propuesto a jóvenes orfebres para promover la creatividad y la originalidad.
Inmortal en el recuerdo
Elisabeth Treskow nos ofrece orfebrería de postguerra hecha en Alemania. Esta mujer de vanguardia dedicó su vida con gran pasión a la joyería y a la experimentación, además de dedicarse a la docencia universitaria. La Sociedad Alemana de Orfebres le otorgó, por primera vez a una mujer, el codiciado galardón “Anillo de Oro”, pero éste es solo uno de los tantos premios y reconocimientos que Elisabeth obtuvo a lo largo de su vida. Su especialidad fue estudiar y redescubrir, en orfebrería, la vieja técnica etrusca del granulado en oro como también el diseño y la creación de alta joyería en plata y oro.
Esta mujer, que en el 1949 daba clases como profesora en la universidad de Colonia, pasó a la historia de una manera muy original. En ese año fue encargada de diseñar el trofeo del campeonato nacional de fútbol alemán. Que no es otro que lo que hoy se conoce como “Meisterschale” (cuenco de campeones) Todos los años los equipos de futbol de primera división compiten por el trofeo mas codiciado del fútbol alemán. Se trata de un plato (o cuenco) de 50 centímetros de diámetro, elaborado en pura plata sterling 925 con las iniciales de la Organización Nacional de Futbol Alemán: DFB y con cinco grandes turmalinas incrustadas estratégicamente para darle equilibrio y una cierta magnificencia al trofeo. El plato pesa 11 kilogramos. En el borde del plato, están grabados los ganadores del Campeonato Nacional de Futbol Alemán desde el año 1903, formando una espiral que a través el tiempo los unifica e inmortaliza. El actual trofeo tiene un borde extra – que había sido previsto – para continuar grabando los futuros campeones hasta el año 2026. La ciudad de Colonia le dio su nombre a una plaza: Elisabeth Treskow-Platz en el corazón de Colonia.