El valor sentimental de una joya

¿Qué transmite una joya?

Las joyas son objetos a los que generalmente están relacionadas a una experiencia emocional. Por lo tanto la joya tiene un valor sentimental.

En caso de las heredadas, ellas tienen que ver con personas que hemos amado y ya no están, por ello cada vez que nos colocamos una joya que tantas veces de pequeñas vimos en nuestras abuelas, madres o tías es el recuerdo el que nos produce una dulce sensación de abrigo e intimidad.

Las joyas que nos han obsequiado las relacionamos con momentos importantes o especiales de nuestras vidas.

Están las joyas que nos hemos comprado nosotras mismas las asociamos con la experiencia de la independencia y el orgullo de regalarse algo valioso y bello. En todos los casos citados, la emoción juega un rol importante.

Estas piezas nos acompañarán toda la vida. Es difícil deshacerse de ellas, ya que le damos un valor sentimental.  

VER JOYAS CON PERLAS

¿Qué necesidad satisface una joya?

Llevarlas produce un satisfacción exclusivamente sensorial, sentimental. No satisfacen necesidades prácticas, sino que nos brindan una satisfacción puramente emocional.

Las gemas que acompañan la joyería que se regalan además la energía de su origen atávico, lo cual reafirma lo abstracto de la satisfacción que nos produce.

Joyas con valor sentimental

¿Qué función cumple la joyería en la imagen personal?

Pues nos ayudan a personalizar nuestra imagen. Cuando un detalle subraya nuestro estilo, nos sentimos más nosotras mismas y ese detalle se traduce fundamentalmente en una joya.

¡Nunca subestimar el efecto que una joya produce en tu look! No es lo mismo el escote de un vestido de terciopelo negro sin un collar de perlas.

No lucirá de igual manera la solera de verano sin los pendientes de turquesas. Y cada una de nosotras – y de nosotros – decide la manera de combinarlas con nuestras prendas. Eso es personal, tiene que ver con nuestro estilo, nos identifica.

¿Cuál es la joyería mejor valorada?

En el mercado se valoran especialmente la joyería en material precioso oro, platino y plata de ley, sobre todo si llevan gemas de importante calidad y volumen.

Otros de los motivos por los cuales una joya puede tener más valor es en caso de ser de diseño, firmadas por una casa joyera de prestigio, en particular, si se trata de una pieza única.

Tener en cuenta que la revalorizarización de una joya también es por su antigüedad. Las que pertenecen a períodos definidos y muestran diseños característicos de ese período consiguen un valor agregado, por ejemplo una joya de la Belle Époque, o una pieza Art Decò.

La historia: Un anillo que perteneció a María Antonieta tendrá un valor muy diferente a uno parecido pero sin historia.

Las de Elizabeth Taylor o Jacqueline Onassis han conseguido precios astronómicos en subastas de élite, debido justamente a su historia y a la fama de sus precedentes propietarias. 

Valor sentimental de la joyas

 ¿Has perdido una joya de alto valor sentimental?

Eso es decididamente inconsolable. El valor sentimental de la joya no tiene precio en dinero y por lo tanto perder una pieza, un anillo por ejemplo, que me regalara mi marido, cuando éramos novios, comprado en un mercadillo perdido en ese pequeño pueblito donde estábamos vacacionando por primera vez, y que le había costado probablemente monedas, tiene para mi un valor infinito. ¡Perderlo sería una tragedia!

Un regalo para toda la vida

¿Aprecian los españoles el valor sentimental de la joyería?

La pandemia nos ha demostrado que en España el empeño de joyas no ha sido el camino de salida para quienes peor lo han pasado. Eso es un importante indicador que sí se tiene en cuenta – y mucho – al valor sentimental de las mismas.

Todos saben que en la casa de cada uno hay una joya con un cierto valor, en algunos casos, joyas de mucho valor, pero son parte de la historia de la familia, por lo tanto se tocan solo en circunstancias muy extremas.

Y en caso que efectivamente se decida dejar una joya en una casa de empeño en el 90% de los casos son recuperadas posteriormente por sus antiguos dueños. Esto no sucede en Francia, ni en Italia ni tampoco en Inglaterra.